Todos los estudios realizados en la actualidad apuntan a que es necesario e incluso imprescindible, retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, aún así no es suficiente con esta medida. Todos estos exámenes se están realizando ya que, en 2030, España tendrá un gran problema económico para pagar las pensiones a los beneficiarios. 
Además, se están tomando otras muchas medidas y regulaciones como en el período de carencia, el cómputo de la base reguladora y, el porcentaje aplicable según los años cotizados.
Numerosos expertos están de acuerdo, en la idea de que hay que hacer las reformas de forma generalizada y no de golpe, ya que sino todo cargará sobre una generación. También hablaban sobre la paradoja de que, en muchas empresas se despiden a trabajadores laborales menores de los 50 años; pero que aún así el retraso de la jubilación es una medida muy importante y eficaz.
Felipe Serrano, catedrático de la Universidad del País Vasco, anunciaba que ante el caso de actuar solo sobre las cotizaciones sería necesario elevar al 50% el tipo pagado a la Seguridad Social, para garantizar a mediados de siglo el sistema de pensiones. Otra opción es bajar la cuantía de las nuevas pensiones desde un 63% sobre el salario medio a un 36%.
También cabe la posibilidad de reducir el porcentaje de pensión sobre la base reguladora, o ampliar el periodo mínimo de cotización.
En mi opinión, el Gobierno debe tomar medidas contra las malas previsiones futuras, ya que con todos estos problemas, en el futuro habrá ,muy poca población joven capaz de trabajar, y mucha población anciana, lo que hará que aumente la inmigración ,y no haya suficiente dinero para pagar tantas pensiones. Contra esto, el Estado quiere tomar la medida, de pagarle a las familias según el número de hijos que tengan, y así se fomentará la natalidad. Los propositos del Estado apuntan a ahorrar dinero en las pensiones, lo cual es una opción aceptable y necesaria.
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